lunes, 1 de febrero de 2010

Zbigniew Herbert



En la ciudad
estalló la epidemia
del instinto
de conservación

1 comentario:

  1. lo dijo enlabasilica 02 febrero 2010 | 1:29 AM
    no puedo evitarlo, me ha venido a la memoria uno de esos diálogos-monólogos de los Marx y... también dos huevos duros.

    lo dijo doz 02 febrero 2010 | 3:11 AM
    gran Z.... (hoy lo vi) dijo .........algo se esta cociendo o se va a cocer y creo que szeran los huevos de esta ciudad.
    pequeño z dice: maravillosza metafora. como sziempre.
    beso de un insomne y d.sz.

    lo dijo joan 02 febrero 2010 | 7:22 AM
    si, la historia va de amor, poco a poco afianzandose, despues de la mano...

    lo dijo violette 02 febrero 2010 | 7:51 AM
    y cada día, en la agenda, las tareas por las supervivencia...
    un beso

    lo dijo CGLIma 02 febrero 2010 | 12:03 PM
    ...aqui termino de leerte.
    Veo que te gustan los huevos.
    Y como no, todos fuimos huevos alguin día.
    Me gustas. Duro, escalfado, frito y batido con azucar,
    un saludo.

    lo dijo j&h 03 febrero 2010 | 2:58 PM
    ¿Caparazones de tortugas para los huevos?
    Saludos,

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